cualquier palabra

jueves, 2 de marzo de 2023

El celo ministerial

 


INTRODUCCIÓN. Nuestro adversario, el diablo, siempre busca sembrar en el creyente todo tipo de celos, y uno de ellos es el celo ministerial. La Escritura que es la palabra de Dios escrita para nuestra salvación, condena rotundamente este tipo de sentimiento negativo en el corazón del hombre. 

Gálatas.5:20-21 «idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios».

El celo ministerial, en este caso es celo contra un pastor/a, celo contra un evangelista, celo contra un maestro/a de la palabra, celo contra un/a profeta, celo contra un/a apóstol. Aparte de estos cinco ministerios que entrega el Señor Yeshua, hay otros ministerios como el de la alabanza y adoración.

Gran parte del pueblo cristiano se ha visto por muchos años afectado por el celo. Es evidente en muchas congregaciones el celo contra los adoradores, por los de la danza. 

CONTENIDO DE LA ENSEÑANZA.

I. EL CELO MINISTERIAL.

El celo ministerial es un defecto que impiden que tu ministerio crezca, que las congregaciones crezcan, no se trata de un crecimiento en número, sino en poder de Dios (unción y palabra).

El celo ministerial es una evidencia de la inmadurez espiritual en el cristiano.

Estas actitudes llevan al fracaso ministerial y espiritual en nuestras vidas. Las diferencias hay que dejarlas a un lado, esto no beneficia, hace daño y destruye a la iglesia. Dios detesta estas acciones, pero al enemigo le gustan.

El celo ministerial lo causa una vida de tibiesa espiritual, una vida en la carne. Cuando se vive en la carne, las obras de la carne son las que brotan de nosotros. Pero cuando se vive en el espíritu, sale de nosotros todo lo espiritual, lo que procede del Espíritu Santo de Dios, porque dejamos que el obre en nuestras vidas.

Fácilmente se cae en la carne cuando se ora, no se escudriña las Escrituras, no se va a la congregación,no se ayuna, no se vigila. Muchas veces aunque el creyente asista a todo en la iglesia no asegura que va a vivir en el espíritu. Pero lo que si asegura una vida en el espíritu es vivir para agradar a Yahweh, vivir en comunión con el Padre y guardar sus mandamientos.


II. ¿CÓMO NOS DAMOS CUENTA QUE TENEMOS CELO MINISTERIAL?

– Nos gusta escuchar comentarios negativos acerca de la persona.- No nos gusta escuchar comentarios positivos acerca de la persona.- Señalamos cada vez más los defectos de líderes o ministros.- No oramos por ese ministro/a y por su ministerio.- Guardamos el deseo secreto de que no tenga mucho éxito en su ministerio.

* ¿CÓMO NOS PODEMOS SENTIR SI ESTAMOS ACTUANDO ASÍ?

Al ver al ministro/a surgir, nos sentimos inferiores y nos quejamos ¿Señor, por qué no me usas a mi como usas a x…? ¿ Qué tiene él ella que no tenga yo?.No podemos vivir así, no debemos cuestionar nuestras capacidades en el ministerio que Jesús nos ha entregado. Si él nos lo entregó es porque ha visto nuestra capacidad.El celo ministerial es una enfermedad espiritual (es como un virus, fácilmente se propaga).

* CONSECUENCIAS DE ESTOS DEFECTOS.

Estos defectos no conducen a nada bueno, son fatales para nuestra vida espiritual y física; afecta nuestro ministerio e impide el avance del mismo.Por ello vemos algunos ministros estancados, por falta de amor por los demás. Los celos reflejan la falta de amor. Los celos en nosotros indican que no estamos aceptando lo que Dios ha puesto en nosotros, pero el problema no es Dios ni la medida en que Dios ha puesto un don o un ministerio en cada uno, el problema está en nosotros que no vemos lo que Dios ve. Por eso siempre debemos orar, y pedirle al Señor que nos revele, que nos muestre su voluntad en nuestras vidas.

Los celos enferman el alma y nos convierten en personas falsas. 

Los efectos de los celos en la vida del que los padece trae muchas desgracias.

Los celos conducen al error satánico de querer tener gloria personal; nuestro corazón se llena de hipocresía al tener que ocultar el egocentrismo en nuestra vida. El celo ministerial no solo enferma el alma sino también la psiquis, ya que esta, está ligada a ella. Los celos llevan a padecer de complejos de superioridad y de inferioridad (cualquiera de las dos o las dos juntas). El celo ministerial involucra en el creyente su mente, su voluntad y su corazón.

Ante todo esto (enemistades, celos y competencias) se necesita cultivar el amor y el respeto.

CONCLUSIÓN. La gracia y el poder de Yahweh en nuestras vidas, puede despertar el celo en muchos. Los celos corrompen los pensamientos. Hay que vivir con un corazón puro, la santidad y la pureza nos darán la entrada en los cielos. Recordemos las Escrituras que dicen: Proverbios.4:23 «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida».


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