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lunes, 4 de septiembre de 2017

El sello del Espíritu Santo




INTRODUCCIÓN. Cuando nos convertimos en hijos e hijas de Dios porque hemos aceptado a Jesucristo en nuestros corazones, inmediatamente somos sellados con el Espíritu Santo en nuestros corazones, a partir de ese momento pasamos a ser propiedad de Dios.
Un sello es un instrumento que se utiliza para colocar una impresión o marca en un documento o carta (Jer.32:10). Un sello puede representar un derecho de propiedad, representa aprobación, garantía validez, también representa forma legal de poseer o ser.
Al aceptar a Cristo fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa que es las arras de nuestra herencia. Le pertenecemos a Cristo fuimos comprados a precio de sangre y tenemos el sello del Dios vivo.
Cita base:Ef.1:13-14.


CONTENIDO DEL SEMINARIO PNEUMATOLOGÍA. PARTE V. 


I.             DEFINICIÓN.

ARRAS. Lo que se daba como prenda o en señal de algún contrato, o el primer abono dado como seguridad del pago de toda la deuda. Diferia de una prenda, propiamente dicha, en que era de la misma especie que la cosa prometida, mientras que la prenda podía ser algo de distinta naturaleza.
La Escritura nos enseña que el Espíritu Santo fue dado por Dios al creyente como una garantía y anticipación de las bendiciones futuras. Ef.1:13-14 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.

Comentario: las Sagradas Escrituras muestran como Dios  garantizó nuestra salvación y herencia colocando en nosotros los creyentes el sello del Espíritu Santo; y como es imposible que Dios pierda en garantía a su Espíritu Santo, estamos asegurados.  Gracias a nuestro Creador tenemos esas primicias del Espíritu, parte de las bendiciones que recibiremos, y esperando así nuestra eterna redención libertad gloriosa..!
Ro.8: 20-23 “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. 

II.           EL SELLO DE DIOS EN NUESTROS CORAZONES.

Dios mismo profetizó que su Espíritu estaría dentro de nosotros para obediencia el.
Antiguo testamento:
Ez.36:26-27 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Nuevo testamento:
2Co.3:3 “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”.
Somos esa carta escrita y sellada con el Espíritu del Dios vivo.


III.         EL SELLO EN EL CREYENTE.

Somos sellados con el Espíritu Santo, para identificarnos como hijos de Dios y para gozar de todas las bendiciones que el Señor nos ha preparado. Ahora, el cristiano puede perder el sello si permanece en pecado contristando al Espíritu. Is.63:10 “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos”.
Ef.4:30 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.
El creyente debe mantener dentro de sí el fuego del Espíritu Santo. 1Ts.5:19 “No apaguéis al Espíritu”.
Mantener en nosotros el fuego del Espíritu Santo es mantiener la presencia de el en nosotros como prueba de que le pertenecemos a Dios.
El que peca con conocimiento recibe mayor castigo.
He.10:29 “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”.

IV.        LAS ARRAS DEL ESPÍRITU.

El hombre fue creado con propósitos sobrenaturales y para recibir lo sobrenatural de Dios.
2Co.5:1-5 “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu”. Véase. 2Co.1:22. 


Comentario: lo mortal será absorbibo por la vida y se nos dio las arras del Espíritu para vivir en santidad y así ser hallados vestidos, y no desnudos delante de nuestro Padre Celestial. 

V.          IMPORTANCIA DE TENER EL SELLO DEL ESPÍRITU SANTO.

La Escritura es clara respeto a este punto. 2Ti.2:19 “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.
Es de suma importancia tener el sello en nosotros, de esta forma somos reconocidos por Dios y somos propiedad de Cristo. Ro.8:9 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.
Ro.8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.


CONCLUSIÓN.
El sello del Espíritu Santo es un sello exclusivo que nadie puede falcificar. El sello del Espíritu Santo es lo primero que recibe una persona al aceptar a Cristo como su Redentor; esta es la bendición más grande que recibe el creyente, es la garantía, nuestra garantía para alcanzar la gloria de Cristo. (2Ts.2:13-14). Ro.8:16-18 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.
2Co.1:21-22 “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”.

Bendecidos..!

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2 comentarios:

  1. tengo una duda, cuando uno se Bautiza y recibe a JESUS, como Señor y Salvador de mi vida.-
    Este acto, es lo mismo que recibir El Bautismo en el Espiritu Santo o son dos cosas aparte.-

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  2. no es el mismo acto. Luego de aceptar a Cristo es que puede ser un cristiano bautizado en el Espíritu Santo. El bautismo es para la iglesia, pero al aceptar a Cristo lo que si sucede de inmediato es el sello del Espíritu Santo; pasa el hombre a ser propiedad de Dios y a ser hijo, hija de Dios.

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